Para quienes nacimos y nos criamos en los barrios dominicanos, en especial los barrios capitaleños, no nos es extraño que al fin se diga y se compruebe en los tribunales y las investigaciones previas, la gran cantidad de efectivos (?) tanto policiales como militares que se comprometen directa e indirectamente con eventos reñidos con la ley.
Hoy se airea ante la poblacion civil, no la "sociedad civil", la enorme cantidad de miembros de nuestras gloriosas Fuerzas Armadas y la Policia Nacional dominicanas, que delinquen o se prestan para encubrir la delincuencia "organizada" y la desorganizada tambien. Tambien deben estar involucrados otros actores no menos representativos de los mecanismos de represion estatal, aquellos a quienes se les responsabiliza con la persecusion efectiva del delito y sus ejecutores, asi como a los que el sistema social les confiere el privilegio de tener una intima conviccion a la hora de juzgar a sus iguales.
Cuan falcil se les hace a algunos funcionarios etiquetar, por ejemplo, a los repatriados desde los Estados Unidos de America o de Europa, como los unicos o principales responsalbes de los delitos violentos y los delitos que encubren su violencia con su cronicidad, como la venta de sustancias alucinogenas o drogas como mas propiamente se les conoce, ya que no todas las drogas producen alucinaciones.
En ocasiones, no pocas, el error de los medios de comunicacion y de muchos comentaristas y hacedores de opinion publica se hizo presente al hacerle el juego a quienes de forma aviesa culpaban a un determinado grupo de individuos como los unico responsables de la ola de delincuencia que azoto a la comunidad. Bueno ahora aquellos cuatro dedos que señalan al que acusa se hacen mas evidentes, ahora es la guardia, el marino, el policia, hasta el miembro de la fuerza aerea, algo inimaginable, hasta uno que otro AMET se visto involucrado en actos delictivos.
Los lideres de la nacion, los politicos, en principio se hicieron de la vista gorda, luego aceptaban que eran casualidades para despues ir aceptando poco a poquito que se estaba volviendo un fenomeno con caracteristicas epidemicas, por fin abrieron sus oidos a los rumores de que algun que otro oficial militar o policial se entendia o dirigia o permitia las actividades de delincuentes bajo su proteccion y que estos repartian botines de sus fechorias. Asi fue como cuando no se pudo oculatar mas el rumor publico se puso la lupa sobre los cuerpos armados, no sin antes hacer la salvedad de que no son las instituciones sino miembros de estas que deshonran los uniformes y las insignias y yo agrego, tambien deshonran la autoridad que estos simbolos representan.
En lo personal lamento que esto este sucediendo, lo lamento porque hay todavia en mi algo de romantico, quizas por eso estoy escribiendo, sigo creyendo en la honorabilidad de las instituciones que deben resguardar a la poblacion, sigo creyendo en que no pueda haber un policia que sustituya una prenda de oro tomada en resguardo a un detenido y que al ser reclamada se devuelva una imitacion de lo que llamamos "calamina". Un robo atroz que pudo haber ocurrido hasta en el mismo palacio de la policia dominicana. Evidentemente que estos actos no son denunciados por los afectados por ciertos temores o por la premura de terminar con un proceso de excarcelamiento de su pariente.
Quisiera que volvieramos a los tiempos en que los campos estaban delimitados, en un lado los delincuentes y sus complices y del otro lado la justicia y sus auxiliares. La vieja confrontacion: el bien contra el mal. Asi debe ser, espero, como buen romantico, que el viejo orden de cosas vuelva a imperar en la sociedad dominicana, que el ciudadano se refugie en sus autoridades en vez huir de ellas. Que el señor nos proteja mientras tanto.
Lamento no presentar aqui, como es mi costumbre, ninguna accion especifica para que se erradique el mal que comento porque hay expertos en estas cuestiones que deberian ser escuchados y seguir sus recomendaciones, tanto a nivel nacional como en las agencias internacionales a las cuales el estado dominicano tiene acceso.
Como siempre, bendigan y seran bendecidos.
Hasta la proxima.
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Lamentablemente es una realidad que en cierto modo es inherente de nuestro país, y no escuso a ningun delincuente, no no existe excusa para eso, pero estamos viviendo en una sociedad en la que todos quieren estar montados y vestir de marca, los que tienen dinero se jactan de lo que tienen, y los pobres muchachos con poca mente quieren lo mismo pero de manera fácil por lo que incurren en delincuencia; lo digo por que estudie en una escuela publica en la que estábamos todos juntos, mansos y cimarrones y oía relatos de algunos de mi campaneros como contaban algunas de sus fechorías.
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