Mas sobre el "Dario Contreras"

Cuando la industria electronica de comunicacion de masas puso en el mercado un instrumento para contactar a las personas y dejar mensajes, tanto numericos como alfa o bien con letras, los llamados alfa numericos, hubo un gran revuelo en los pasillos del Hospital Docente Universitario Dr. Dario Contreras. La causa de tal revuelo, como prefiero llamarlo, era debido al uso inadecuado que los residentes del hospital podrian, lean esto bien, podrian darle a estos aparatos que luego el pueblo llamaria Beepers.

Hago enfasis en que lo que preocupaba a determinado individuo o grupo de individuos, residia en la probabilidad de uso inadecuado, fraudulento o "ilegal" de tal equipo electronico de comunicacion. De un momento a otro nos informaban, verbalmente, nunca por medio de una circular o un oficio u otro medio que documentara el hecho, que los residentes estaban excluidos del uso de beepers (un nombre basado en una onomatopeya) y que ademas, como toda prohibicion, la violacion de esta tendria consecuencias, que irian desde la prolongacion antojadiza de las horas de trabajo hasta la expulsion.

Detras de esto, segun mi opinion, lo que se movia era el interes particular de algunos medicos especialistas que fabulaban con la posibilidad de que los residentes de mayor antiguedad, vale decir los de ultimo año de cada una de las especialidades respectivas, tuvieran acceso por medio de estos aparatitos, a realizar procedimientos en pequeñas clinicas privadas con el consiguiente detrimento de las actividades economias-profesionales de los especialistas en cuestion, quienes consideraban esto no solo ilegal sino como ejercicio ilegal de la especialidad puesto que el residente aun no se habia graduado. Para la fecho no existia en el pais la certificacion por especialidad medica y me parece que todavia se lucha por conseguirla.


Una de las condiciones para entrar en las residencias medicas en la Republica Dominicana es renunciar al derecho del ejercicio profesional por el periodo de la formacion del especialista, digo que es una renuncia al derecho porque tambien es requisito para entrar en los programas de especialidad la posesion de un exequatur de ley, el cual precisamente inviste al profesional del derecho de ejercicio que luego le es retirado.

Pareceria una cantinflada, no lo es por desgracia, es simplemente un sin sentido, una sinrazon, un absurdo que comprobamos cuando nos enteramos que en determinadas circunstancias si se podia ejercer no solo la medicina general sino hasta la misma especialidad en la que el residente se estaba formando, una de estas especiales circunstacias es que cuando un especialista del centro hospitalario estaba presente en el procedimiento daba garantias de que el residente no seria sancionado por haber ejercido su profesion o su especialidad.

Recapitulemos, el poder ejecutivo emite un documento en el cual le dice a la sociedad que un determinado individuo esta facultado para ejercer una determinada profesion porque cumple con todos los requisitos academicos y legales para tales fines, luego este ciudadano decide hacer una especialidad y el estado dominicano le exige en primer lugar mostar que posee este documento, me refiero al exequatur, o al menos que esta en tramite la solicitud al poder ejecutivo para su emision. Entonces se le dice y si mal no recuerdo, por escrito, que no podra ejercer la profesion mientras dure su formacion como especialista, por encima de lo establecido en el exequatur de ley.

A quien se le ocurra pensar o comentar que otros paises existe la misma regulacion, permitanme recordarles, que al menos en los Estados Unidos de America (EEUU), usted no esta facultado para el ejercicio de la medicina hasta tanto usted no haya concluido exitosamente un programa de especialidad, es decir en los EEUU el equivalente dominicano del exequatur viene al concluir la residencia medica, lo cual tiene sentido.

Sumele a todo esto que tampoco podra usar un beeper porque eso podria tomarse a priori como prueba de su interes, no de comunicarse con la familia, con sus amistades, con su novia, esposa, amante o con socios en otras actividades productivas que podria tener este residente, no, nada de esto esta por encima de la obnubilada percepcion de que para lo unico que podria servir el beeper es para comunicarse con probables pacientes privados, ni siquiera para que el hospital estuviera en comunicacion franca con el residente, recordemos que los telefonos celulares llegaron despues.

Habia un personaje en particular que ocupaba la sub direccion del hospital en aquella funesta epoca del Dario Contreras y fue delante de este señor que una mañana abri mi chaqueta para que se pudiera apreciar claramente el pequeño monstruo de la comunicacion satelital que llevaba en el cinto, estaba tratando de abrir el debate sacrificandome por todos los compañeros que no se atrevian a mostrar su equipo en el centro de enseñanza aunque muchos ya lo poseian. Todo era solo presion colectiva, contagiosa y envolvente que se desvanecio cuando se supo que nada me habia pasado por mostrar el famoso beeper. De ahi en adelante vimos algunos residentes usarlo hasta en el cuello.

Relato esto con el interes de que no olvidemos por cuantas humillaciones se tiene que pasar para llegar a ser un especialista en la Republica Dominicana. Las sanciones o castigos inmerecidos, las culpas que recaen en cabezas de turcos, sin contar las expresiones directas o veladas sobre la incapacidad intelectual de los estudiantes de las especialidades o sobre sus orientaciones sexuales, o su moral personal, hay que vivirlo para comprender como es que experimenta el total desamparo e impotencia, lo vivi en las personas de compañeros y compañeras y no se lo deseo a nadie.

Espero que muchas de estas aberraciones hayan desaparecido y que la dignidad de nuestros jovenes y aveces no tan jovenes medicos especialistas salga intacta de los años de servicio y aprendizaje que se supone deben ser los que se destinan a adquirir conocimientos y destrezas en una area especializada del saber medico.

Que todas las bendiciones posibles sean derramadas sobre ustedes y sus semejantes humanos, sean estos conocidos o desconocidos, profesen su misma fe u otra diferente, pertenezcan a otras razas o a las suyas propias, esten entre sus niveles socioeconomicos o en uno diferente, sean machos, hembras o lo que sean, envejecientes o recien nacidos, hablen su idioma o no.